Diego Valeriano

¿Cómo vamos a nombrar a las cosas después del 27?. Diego Valeriano*.

Hablamos, pensamos, escribimos sobre otros, sobre cosas, sobre lo que pasa, sobre cómo se dicen las cosas. Posteamos que todo es político como si fuera verdad. Cambiamos la foto de perfil según la coyuntura, wasapeamos a nuestra radio comunitaria, boicoteamos a Coto en Facebook, mostramos a la gorra infiltrada en la marcha a la que ni vamos. No le erramos ni una efeméride de lucha y memoria. Todo entra en el régimen de la opinión, de la urgencia posteadora, de lo explicable, de lo que vale porque tiene likes combativos, porque resistimos estos cuatro años.

¿Pero qué vamos a decir, twittear, escribir, llorar después del 27? ¿Cómo vamos a nombrar las cosas? Esas cosas que van a seguir siendo una mierda, esta vida garrón que vamos a seguir teniendo, estos trabajos precarizados que son para siempre, este odio en la boca del estómago que llegó para quedarse, esos rochos que cuando tienen que tirar, tiran. ¿Qué vamos a hacer con nuestra necesidad manija de opinar, postear, termear, flashear que somos parte del ágora público? ¿Qué vamos a hacer con esa astilla de visibilidad política que supimos construir?

Todo se expuso en su obviedad, porque el régimen de la visibilidad política fue el que garpaba: los putos como putos, las intelectuales como tales, los del CONICET recordándonos quiénes son, los jetones con pecheras al frente de la columna, las víctimas según el victimario y el rock como todo llanto.

¿Cada pibe asesinado por la policía, será por la policía de Kicillok o ahora va a ser la vieja policía de Vidal y la dictadura? ¿El Estado va a seguir siendo responsable de las cosas o ahora decir eso va a ser hacerle el juego a la derecha? Las fumigaciones, las muertes, el remisero acosador, las mineras, Mercado Libre, el jefe de mierda, las peleas entre vecinos y el transa de la esquina. ¿Qué vamos a decir cuando la sagrada inclusión no alcance ni a incluir a los guachos como excluidos, cuando las salitas no abran, cuando el Misoprostol no llegue, cuando el viaje cada vez dure más, cuando los gendarmes no se vayan, cuando el jefe de calle siga siendo el mismo, cuando las pibas no vuelvan? ¿Vamos a tener un silencio parecido al de la masacre de Once, al de la desaparición de Luciano? ¿Vamos a dejar en el olvido los nombres de las muertes del Indoamericano, la sangre negociada y sucia? ¿Qué vamos a escribir después del 27?

*Nombre nacido de la escritura, de alta participación política en las redes, publicó numerosas intervenciones en el blog Lobo Suelto! Y últimamente en La Tinta y campodepracticasescenicas.


Acerca de 27 de octubre

Una revista para pensar en la coyuntura electora los posibles comunes. Una cuenta regresiva hasta la elección. Cada día una nota escrita por amiges diferentes. En cada nota el pensamiento como potencia de lo presente. Y un punto de llegada: fuerza de rebelión y de fiesta para no quedarnos solo con lo que hay.

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