Para resistir es importante comprender a qué se está resistiendo. Hoy en día, todo queda muy capturado dentro de visiones que pertenecen a una cartografía perimida. Por ejemplo, la macroeconomía dirige los procesos políticos y productivos, pero es muy importante comprender que estos procesos, autonomizados, no tienen amo, sino que cuentan con defensores, con servidores. La macroeconomía es una combinatoria autónoma y sus beneficiarios hacen todo para defenderla, matarían si fuera necesario. La macroeconomía, mediante determinados procedimientos y cálculos algorítmicos, utiliza gente, pero no tiene amo que determine la estrategia.
No es lo mismo resistir si nos movemos en una visión más bien clásica, es decir: “hay una manga de hijos de puta que están dirigiendo la macroeconomía…” Ojalá eso fuera así, ojalá hubiera una manga de hijos de puta porque, en ese caso, reorganizamos el ERP y los cagamos a tiros. Lo que pasaba es que Gorriarán Merlo nos dirigía y era “el hombre que odiaba los portones”, el plan era siempre el mismo: llegábamos en un camión, hacíamos bosta a los portones y ahí entrábamos… Pero, en realidad, no lográbamos nunca entrar, la única vez que entramos nos cagaron a tiros. Pero bueno, atacábamos la guardia, qué sé yo… Supongamos que hoy atacamos el Fondo Monetario Internacional; seguramente le vamos a dar un susto bárbaro a los tres puertorriqueños indocumentados que trabajan en la limpieza. Porque el FMI no es nadie, y los que se benefician del FMI son unos tremendos hijos de puta, pero están al servicio de lo que los beneficia… Un siglo y medio de revoluciones clásicas fracasadas, que han producido lo contrario de lo que queríamos, merece que los resistentes, o los aspirantes a resistentes de hoy, tengan en cuenta lo que escribió Marx en los Grundrisse: “el capitalismo no necesita de una clase burguesa”. Habría que tener en cuenta que quizás existan combinatorias que determinan estrategias sin estrategas.
Hay un texto en los cuadernos de la prisión de Gramsci donde él dice: si un intelectual de izquierda le explica a un campesino que Dios no existe, el campesino no va a tener argumentos, pero va a pensar: “yo no sé, el cura sí”, y, a su vez, el cura pensará: “yo no sé, pero el obispo sabe”. En las creencias metafísicas, no se trata de la razón. ¿Por qué no se trata de la razón? No por lo que creen los educadores de la modernidad, por “falta de educación”, sino porque en la creencia hay un núcleo de goce radical que es decisivo. Para la resistencia, una cosa muy importante es comprender que la brutalidad, el horror, no son un accidente de la humanidad. Nosotros no podemos resistir pensando una vez más, como lo hemos pensado, que las cosas terribles que podemos hacer los humanos son un accidente o un error. No podemos resistir y estar del lado de la vida si nosotros recortamos la vida de un elemento estructural. Es caer en el platonismo de toda teoría perfecta, que considera que la vida es corrupción y degradación, y que el mundo real es el mundo de las Ideas. Para resistir, es necesario que nos autonomicemos, que contestemos las ideas platónicas sobre lo que el mundo debería ser, y, en cambio, aceptar que el mundo tal como es, nosotros como somos. El único Hombre Nuevo es el hombre que terminará por aceptar lo que el hombre es y que, con ese hombre real, construye cosas diferentes. Las posiciones de pureza son las que, en los grupos de resistencia, llevaban al narcisismo.
Por otra parte, para resistir hoy es necesario comprender cómo la tecnología es una combinatoria de este tipo. En relación a lo anterior, en el mundo de la vida, desde el punto de vista orgánico, la degradación, la corrupción, es lo necesario para el nacimiento de la vida. La enfermedad, la muerte, son necesarias porque si una especie empieza a no morirse es el fin de todas las especies y de ella misma. O sea, que hoy en día para resistir, hace falta comenzar a pensar, a aceptar, a vivir dentro de una declaración de viabilidad de la vida. Hay que mirar al mundo desde la cloaca, y hay que pararse del lado de la cloaca. Estamos en un momento histórico donde toda pretensión de dar vuelta completamente la realidad es imposible y solo puede provocar más violencia, más barbarie y más confusión. Hoy en día la defensa de la vida pasa por la creación de unidades restringidas que no tienen como objetivo convencer a todo el mundo, sino que cada quien, cada colectivo, en su actividad tiene que poder construir las prácticas y los modos de relacionarse con la vida que puedan defender la vida, a partir de esta organicidad. El trabajo hoy en día pasa por la construcción de situaciones concretas, Es decir, que no se puede tener una visión global, platónica, pero sí se puede tener una visión universal concreta desde las condiciones de existencia de cada situación.
* Filósofo, Doctor en Psicopatología en la Universidad de Paris VII, HDR (Diploma en Investigación de Tercer ciclo en Biología, Neurofisiología) en la Universidad de Montpeliér. Integra el Colectivo Malgré Tout. Publicó Elogio del conflicto (2018, 90 Intervenciones en Red Editorial), El cerebro aumentado el hombre disminuido, El mito del individuo, La vida es una herida absurda (Autonomía, en Red Editorial) Che Guevara, la gratuidad del riesgo (Cono Sur, en Red Editorial), Pensar la libertad, Crítica de la felicidad y es de próxima publicación La singularidad de lo vivo (Contemporáneos, en Red Editorial). Formó parte activa del PRT-ERP; estuvo detenido en la década del ’70, hasta exiliarse a Francia, tras su paso por la prisión.
Acerca de 27 de octubre
Una revista para pensar en la coyuntura electoral los posibles comunes. Una cuenta regresiva hasta la elección. Cada día una nota escrita por amigues diferentes. En cada nota el pensamiento como potencia de lo presente. Y un punto de llegada: fuerza de rebelión y de fiesta para no quedarnos solo con lo que hay.