Dibujos en tiempos de coronavirus (parte I)

Humor Gráfico II

Micaël* 

*(Micael Queiroz) Nací en París en el año 1982. Luego de pasar toda mi infancia y adolescencia en Buenos Aires, volví a París, ciudad en donde vivo y trabajo como dibujante.

Diestro para patear y zurdo para el dibujo, defino mi vocación a los 5 años, cuando la maestra jardinera remarca que soy el único de la clase capaz de dibujar rostros de cuarto perfil.

Mis dibujos son publicados regularmente en la prensa francesa (Le Monde, La Croix, Marianne, Le Magazine littéraire, Les Arts dessinés, Siné Mensuel, etc) y mis tres libros Un Argentin à Paris, L ‘Air du temps y Entrée, plat, dessert fueron publicados en la colección Les Cahiers dessinés, dirigida pour Frédéric Pajak.

1- Este dibujo, casi profético, fue hecho en el año 2014 y sirvió para ilustrar la tapa de mi segundo libro L’air du temps que podría traducirse como « Estos tiempos » o « Lo que se estila ». Evidentemente, el aire ya venía viciado… 

2- Inicio de marzo, días antes del confinamiento en Francia, se lleva a cabo la Fashion week en París. Imagino, entonces, un atuendo que podría imponerse como tendencia para lo que se viene. (Acompañó el «Pequeño manifiesto en tiempos de pandemia» del Colectivo Malgré Tout, publicado por Revista Ignorantes el 9 de abril)

3- 17 de marzo, después de Italia y España, era el turno de Francia para el confinamiento. Es el día que teníamos previsto cargar en un camión todos los materiales del taller de cerámica que tenía Linda, mi esposa, en la campiña, para regresar definitivamente a París y huír así de la quietud de un pueblo que la aquejaba. El acceso a París está inusualmente vacío para un martes por la mañana. Por el contrario, los carriles para abandonar la ciudad están repletos. Una extraña y placentera sensación de navegar a contra-corriente… Llegados a la ciudad, descargamos el material en el nuevo taller mientras observamos rostros inquietos, filas frente a los supermercados y cuerpos que se agitan en el espacio urbano antes de entrar en la nueva y desconocida experiencia de la cuarentena. 

«Ocuparse de uno, leer los clásicos, escribir, reflexionar…Luisa, tengo miedo !» 

4- Como buena alumna, y siguiendo al pie de la letra los consejos de nuestro peculiar médico homeópata (un nietzcsheano, pirado de los buenos) que nos aconseja contraer el virus en esta fase inicial para desarrollar anticuerpos, Linda cae en cama al segundo dia del confinamiento. Por mi parte, el estado de confinamiento no dista mucho de mi rutina. Trabajando en casa, sin necesidad de tomar transportes públicos diariamente y con una luna en cáncer en mi entramado astral hace que, según la lectura de mi hermana astróloga, me adapte con beneplácito a este nuevo dispositivo forzoso, que día tras día fue adquiriendo resonancia mundial. Las noticias del mundo exterior me llegan a través de la radio que sintonizo mientras dibujo y la prensa que leo durante mis pausas. La actualidad, de costumbre efímera, se vuelve monotemática. Coronavirus mediático. «¿Habrá que sacarle provecho a lo absurdo de la situación a través del humor gráfico?» Con el riesgo subyacente de que la realidad supere la ficción…

Varios escritores del mundillo literario francés se lanzan con sus respectivos «Diarios de confinados», criticados y burlados por sus bucólicos relatos desde sus casonas de descanso en la campiña. Me proyecto en lo que serán los libros de la feria del libro 2021.

En las portadas de los libros se lee: «Diario del confinamiento», «El tiempo después», «Confinamientos», y así…  

5- Entre las personalidades que se mueren en estas fechas de pandemia, se encuentra Uderzo, el dibujante y co-creador de Asterix. La familia del difunto se sintió obligada a aclarar que el coronavirus no tuvo nada que ver con su muerte. Inexplicablemente (y tal vez hasta por provocación) algunas personas se siguen muriendo de viejos u otros motivos no relacionados con el virus. Uderzo tenía 93 años. En un mundo que implora por el descubrimiento de una nueva vacuna, pensé en un homenaje : apelar al viejo druida Panoramix y su poción mágica

 6- Los dias pasan y Linda aún no mejora, cansada y convaleciente, siguiendo las indicaciones de nuestro médico pirado, no hago caso a los consejos que predican el distanciamiento con la persona enferma. Qué mejor remedio que el contacto, un beso o una caricia. En pocas semanas, las imágenes de series o películas en las que los personajes se besan, parecen venidas de otra dimensión. 

7- El sol brilla en París durante todo este mes de abril de calles aisladas. Mis salidas se limitan, como las de todo el mundo, a hacer las compras. Bares, cines, negocios, todas las persianas están bajas. Parecería que de eso se trata el apocalipsis, limitarse a salir de vez en cuando para ir al supermercado y escuchar cómo los pájaros se apoderan del bullicio de la ciudad. «Las calles están repletas»

8- Linda se siente mejor, cansada aún, pero recuperando fuerzas. Nuestro homeópata sigue su evolución diaria por teléfono. Nos invita a creer que el virus es un punto de inflexión para la humanidad y que todas las curas están siempre al alcance de la mano. Nos gusta imaginarlo colgado en un mástil, en pleno éxtasis delirante a la Klaus Kinski (así lo llamamos a veces) en su residencia portuguesa. Pero su visión lúcida del presente nos reconforta. Ya es momento de aligerarse por un rato, y darse una vuelta por el espacio, para escapar de esta extraña humanidad confinada.

« Salir finalmente ! »

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